Vivir de la fotografía en el siglo XXI

«Todo el mundo se pone de los nervios cuando afirmo mi convicción que, con la fotografía digital, cada vez hay más personas que toman fotos y cada vez hay menos fotógrafos”. Jean François Leroy

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¿Te has planteado alguna vez vivir de la fotografía?…si es así, quizá te interese un taller que organiza la Fundació Universitària Martí l’Humà y la Generalitat de Catalunya sobre como vivir de la fotografía en el siglo XXI. Este taller se celebrará el 31 de octubre y 1 de noviembre en la garriga (Barcelona). Tiene buena pinta. Más información aquí


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Estirando la luz

No creo que sea yo la persona adecuada para dar consejos sobre fotografía, pero algunas veces determinadas experiencias pueden servirnos para mejorar nuestra técnica. Lo digo porque recientemente me he visto en una situación en la que cometiendo un olvidó a la hora de restaurar ciertos controles de mi cámara, me sirvió para mejorar las siguientes. En condiciones extremas, donde la luz es muy pobre, es donde se pone a prueba la calidad y luminosidad de nuestros objetivos. Aún recuerdo unas fotografías que teniéndo un especial interés en que salieran bien, me decepcionaron mucho, porque abriendo el diafragma a tope y también poniendo la sensibilidad al máximo, tenía que disparar a 1/15 o 1/30 como mucho, para que estuvieran bien expuestas. Cómo la escena no era estática, todas salieron de una manera u otra, algo movidas y pensé…esto no tiene arreglo, donde no hay no se puede sacar. Sin embargo, ahora actuaría de otra forma.

Haciendo unas fotografías de la Nit d’albà donde aparecía media imagen con un cielo negro y en la otra media un castillo muy iluminado, el fotómetro no era capaz de hacer un ajuste correcto de la exposición y evaluando el histograma correspondiente podía observar como la imagen obtenida salía sobreexpuesta. Para compensar esto, ajusté la cámara manualmente bajando dos puntos por debajo la exposición y al terminar la sesión se me olvidó dejarlo como estaba,  ¿Qué ocurrió?, pues que más tarde haciendo otras fotos (guerra de carretillas) donde no se planteaba este problema de la exposción, estaba subexponiendo en dos puntos todas las fotos, pero me permitió aumentar en dos pasos la velocidad. Es como si hubiera trabajado con el equivalente a un objetivo más luminoso. Cualquiera que lea esto inmediatamente pensará…bueno, pero has obtenido unas fotos subexpuestas y por lo tanto oscuras, es decir, mal hechas. Correcto, pero hemos de recordar que desde un RAW subir o bajar dos puntos la exposición no supone ningún problema y por lo tanto estas fotos son corregibles con posterioridad. En definitiva, es un pequeño arreglo pero si os fijáis la foto que ilustra esta entrada está disparada a f 2.8 y 1/800 s (1600 ISO) en plena noche y se han quedado congeladas hasta las carretillas. ¿Quién diría que estaba subexpuesta?. Lo normal es que la mayoría de este tipo de fotos hubieran salido movidas en su realización, sin embargo con este pequeño recurso hemos disparado muy rápido, evitando en escenas dinámicas que nos salgan las fotos movidas o trepidadas y después podemos compensarlo con posterioridad en el procesado sin problemas. Resumiendo, estas cosas en la fotografía química no nos atrevíamos a hacerlo, entre otras cosas por no tener un control del procesado tan avanzado como ahora.

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Fotoblogs que me inspiran V

meUno de los fotoblog que más sedujo cuando lo descubrí, es el de Oskar y fue a raíz de un comentario que dejó en el mio. A partir de ese instante siempre he seguido su trabajo con gran atención.

OskarfotO es bajo mi punto de vista un gran blog basado en lo cotidiano, en la familia, en las cosas cercanas, en lo que a él le hace feliz. Visitando su fotoblog, enseguida se observa la gran capacidad por parte del autor en sintetizar esas cosas que conforman su vida, pero de una manera muy original y con una gran técnica. Su trabajo pone de relieve que no hace falta irse muy lejos, para hacer buenas fotos. Domina el retrato, coquetea con el macro y es evidente que su familia y la naturaleza son su gran pasión. Me gusta mucho su espontaneidad en las composiciones, que le da una bocanada de aire fresco a sus fotografías.

Vive en Berlín y es muy conocido por la fotoblogesfera en general, teniendo un gran número de seguidores. Creo que aparte de la indudable calidad de sus fotografías, está escribiendo gráfícamente su propia vida, que con el paso de los años, adquirirá un valor emocional incalculable. Es un fotoblog altamente recomendable.

Nota: La Fotografía que ilustra esta entrada está sacada de OskarfotO, con permiso del autor.

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La foto furtiva al «El David» de Miguel Ángel

david

Estando en Florencia, uno casi que no puede dejar de ir a la Galería de la Academia a ver «El David» de Miguel Ángel y así lo hice. Mi sorpresa fue que al llegar al museo, me enteré que estaba rigurosamente prohibido hacer fotos (con o sin flash), por lo que me decepcioné bastante. Es evidente que ya existen millones de fotografías de esta magnifica escultura, y que uno no va a hacer nada especial, pero aunque sea a modo de recuerdo en una especie de «yo estuve allí», siempre hace ilusión. No acabo de entender los posibles motivos de dicha prohibición que además son muy evidentes, pues lo protegen por los cuatros costados tanto personal humano como con cámaras de seguridad. La entrada a museo vale lo suyo por lo que este tipo de limitación te deja cuando menos sorprendido. He oído que quizá una justificaciónsea la protección excesiva, ya que parece ser que un individuo hace unos años atacó la estatua con un martillo, pero sigo sin entender el mal que puede hacerle el que le hagan fotografías. ¿No será un excusa, para pasar por caja (dícese tienda del museo) si lo que se quiere es un recuerdo?. Aún recuerdo lo solitario y desprotegido que estaba el «Moisés» (otra de la obras relevantes de Miguel Ángel) que se puede apreciar de forma gratuita en la iglesia de San Pietro in Vincoli, en Roma.
En cualquier caso y como una especie de acto de rebeldía me propuse hacerle una foto y usando el gran angular de manera disimulada (apoyada en mi barriga y mirando para otro lado) conseguí una toma. Estuve apunto de ser descubierto, pues una de las vigilantas (esquina inferior izquierda) me miro de reojo como si se le hubiera escapado algo. En fin, inserto esta «mala» fotografía de «El David», como prueba de lo que os cuento. Como sigamos así nos tendremos que lavar los ojos con jabón después de apreciar una obra de arte no sea que se quede mucho tiempo en nuestra retina. ¿Creéis que es justo que impongan esta limitaciones?, ¿Que se gana con ello?

Estando en Florencia, uno no puede dejar de ir a la Galería de la Academia a ver «El David» de Miguel Ángel y así lo hice. Mi sorpresa fue que al llegar al museo, me enteré que estaba rigurosamente prohibido hacer fotos (con o sin flash), por lo que me llevé una gran decepción. Es evidente que existen millones de fotografías de esta magnífica escultura y que uno no va a hacer nada especial, pero aunque sea a modo de recuerdo en una especie de «yo estuve allí«, siempre hace ilusión. No acabo de entender los posibles motivos de dicha prohibición que además son muy evidentes, pues lo protegen por los cuatros costados tanto personal humano como cámaras de seguridad. La entrada al museo vale lo suyo, por lo que este tipo de limitación te deja cuando menos sorprendido. He oído que quizá una justificación sea la protección excesiva, ya que al parecer un individuo hace unos años atacó la estatua con un martillo, pero sigo sin entender el mal que puede hacerle a la escultura el que le hagan fotografías. ¿No será un excusa, para pasar por caja (dícese tienda del museo) y comprar la postal de turno?. Aún recuerdo lo solitario y desprotegido que estaba el «Moisés» (otra de la obras relevantes de Miguel Ángel) que se puede apreciar de forma gratuita en la iglesia de San Pietro in Vincoli, en Roma.

En cualquier caso y como una especie de acto de rebeldía, me propuse hacerle una foto furtiva a toda costa y usando el gran angular de manera disimulada (apoyada en mi barriga y mirando para otro lado) conseguí una toma. Estuve a punto de ser descubierto, pues una de las vigilantas (esquina inferior izquierda) me miro de reojo en el preciso instante de apretar el obturador, como si se le hubiera escapado algo. En fin, inserto esta «mala» fotografía de «El David», como prueba de lo que os cuento. Como sigamos así, tendremos que lavarnos los ojos con jabón después de apreciar una obra de arte, no sea que se quede mucho tiempo en nuestra retina. ¿Creéis que es justo que impongan estas limitaciones?, ¿Que se gana con ello?.

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