En fotografía como en muchas otras cosas, la pasión es fundamental.

El otro día leyendo una entrada en Miradas Cómplices de Marcelo Caballero acerca del «Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín» al que asistió, me llamó la atención una frase que él destacó de su director Gervasio Sánchez. Esta frase hacía referencia a la situación actual de la fotografía poniendo de relieve “…la necesidad de realizar buenas historias, coherentes y que tengan significados porque para hacer sólo fotografías, hoy en día, no es difícil.”. Me hizo también a mi reflexionar sobre otro tema con la que converge esta afirmación y que es la necesidad de que se ponga pasión en lo que se hace.

Una buena técnica aplicada a fotografías vacías de contenido y carentes de mensaje de poco sirven. Lógicamente no hay que olvidar otros aspectos, ya que no todo es tan sencillo como parece.

Por lo general se suele justificar un motivo con una causa, porque así nos es más fácil de asimilar y nos ayuda a explicar las cosas de una manera más sencilla. Sin embargo esto puede llevarnos a conclusiones erróneas o incompletas. En realidad casi siempre son varios motivos los que conducen a una única causa. No sólo es cuestión de comunicar y de poner pasión en lo que se hace, pues existen otros factores a considerar y todos unidos son los que a mi entender forjan a un buen fotógrafo.

Pondré un ejemplo de esa simplificación a la hora de explicar las cosas y que ocurre precisamente con la dicotomía fotografía profesional/aficionado, ya que se tiende mucho a usar estos adjetivos en fotografía. (Es curioso, esto no ocurre por ejemplo con la cocina, pues habitualmente no se lee o escucha «cocinero profesional» y «cocinero aficionado», sino simplemente cocinero).

Es típico escuchar en determinados contextos cuando alguien hace bien un trabajo, que se le diga «…eres un profesional», como adjetivando la calidad del trabajo efectuado, cuando no debiera ser así. Bajo mi punto de vista un profesional es aquel que cobra por su trabajo o vive de él, pues hay pésimos profesionales y excelentes autodidactas y viceversa. Hace poco echando un vistazo al National Geographic leía que Jane Goodall, famosa etóloga reconocida por la comunidad científica internacional y reciente premio Príncipe de Asturias, no pasó por la universidad. Claro está, esto son excepciones, pero nos puede servir de ejemplo. Su punto fuerte era la pasión y la dedicación con la que se entregaba a su trabajo. Es obvio que la formación, leer mucho y tener interés por lo que nos rodea son algunos de los pilares donde sustentarse a la hora de alcanzar determinadas cotas de excelencia, pero al final es la suma de todo lo que contribuye a un buen resultado.

En este sentido también me ha llamado la atención unas palabras por parte de Pep Guardiola en un anuncio publicitario que dice…»Creo más en el mundo amateur que en la profesionalidad, que es una palabra que odio. Creo en el amateur, en el que hace lo que hace porque le gusta, porque tiene pasión….«. En mi opinión, no se trata de plantearlo bajo la disyuntiva profesional/amateur porque evidentemente existen infinidad de profesionales apasionados de su trabajo, aunque quizá estos últimos les pese más la responsabilidad de que viven de ello. De estas palabras quizás lo más interesante es coger el nexo de unión que han de tener los dos status y que es hacer las cosas con pasión.

Al final lo que distingue a un buen fotógrafo del montón, no es una determinada fotografía, ni siquiera un buen reportaje, sino la experiencia adquirida, lo es capaz de transmitir y comunicar, y todo esto aderezado con grandes dosis de pasión y perseverancia, se sea profesional o amateur o mejor dicho, se viva de la fotografía o no.

Share

Focus on Planet

Ayer nació Focus on Planet, un nuevo escenario que permitirá aglutinar una serie de fotógrafos conscientes de la belleza y fragilidad de nuestro planeta. De la mano de un incombustible Joan Vendrell y con el apoyo de excelentes fotógrafos como Òscar Domínguez, Guillem López, Asier Castro, Jep Flaqué y Rafa Irusta, es una comunidad que se defino como:

  • Un grupo de fotógrafos que comparten conocimientos, opiniones, técnicas e inquietudes.
  • Una filosofía común que nos hace conscientes de la belleza y fragilidad de nuestro planeta.
  • El lugar adecuado para mostrar tu portfolio y compartir tus experiencias con otros fotógrafos.
  • Fotografía en estado puro.

Es una iniciativa abierta a todos aquellos que compartan estas premisas y/o inquietudes y a la que me he adherido sin más dilaciones. De momento, mi compromiso es formar parte de esta comunidad con mi humilde aportación, sin descartar de cara la futuro un mayor grado de implicación si las circunstancias y el tiempo lo permiten. Sinceramente,  veo prometedora esta iniciativa, que le auguro y deseo lo mejor.

Mi galería en Focus on Planet

Share

Albalate de las Nogueras y la ley de Murphy

Tres días y pico de paz y tranquilidad han puesto el acento a una escapada a Albalate de las Nogueras, que ya ha tocado a su fin. Este pequeño pueblo de no más de 200 habitantes, es para mi un destino familiar, pues debido a que unos buenos amigos tienen casa allí, lo visito con cierta frecuencia. En esta ocasión la lluvia ha hecho acto de presencia casi todos los días y hemos aprovechado para buscar unos cuantos robellones que echarnos a la barriga. Lo llamativo para mi, ha sido encontrar otros tipos de hongos y setas que nunca había visto con semejante intensidad en sus colores.

Todos los días llevaba la mochila con el equipo fotográfico a cuestas por lo que se presentara y al margen de las setas, apenas necesité la cámara pues llovía con frecuencia. El sábado olvidé la mochila en el coche de otro amigo que no me pudo devolver hasta el día siguiente y como si me estuviera observado el Sr. Murphy, al caer la tarde del domingo se lió una en el cielo de ensueño. Nubes de múltiples colores adornaban un cielo azul intenso que después de la lluvia se presentaba extraordinariamente nítido y limpio. Justo media hora antes de ponerse el sol, todo se impregnó de una luz cálida que acarició los campos de cultivo adyacentes, otorgándoles un aire mágico…¿y donde estaba mi cámara?…el Sr. Murphy se encargó de que no estuviera disponible y yo me tiré de los pelos, pues cargas todo el día la mochila a cuestas para casi nada y después pagas el despiste del olvidó de esta manera tan despiadada.

En vano esperé al día siguiente a ver si se repetía la situación y mis expectativas fueron aplastadas sin compasión. Apenas un leve reflejo de lo que fue la «tarde perdida» del día anterior, me sirvió para hacer un par de fotos flojas y en escasos 4 minutos que las nubes me concedieron de tregua. Siempre me quedará el consuelo de los agradables paseos y de lo ricos que estaban los robellones que nos hicimos junto con la paella, a la plancha, con pisto, etc. 🙂

Share

stay

No es la primera vez que escribo una entrada sobre un concierto y no creo que sea la última. En esta ocasión le toca el turno al grupo «stay«. Una vez más, mi amigo «Deme», que siempre está atento al panorama musical y a la buena música, me comentó la existencia de este grupo el mismo día de su actuación. Actuaban en la plaza mayor del San Vicente del Raspeig y un par de horas antes del concierto, entré en su web para ver que tal… y efectivamente la recomendación estaba una vez más, a la altura de mis exigencias.

Son cuatro chavales de Barcelona que hacen música «indie» y pop psicodélico, con claras influencias de los Beatles, los Stones, los Credence, Neil Young y otros grupos más contemporáneos. Algunas de sus canciones tiene un aire que recuerda a Oasis. También se nota el respeto y el buen rollo que tienen por el desaparecido Sunday Drivers, de hecho Jero Romero el vocalista de este desparecido grupo, colabora en una canción de su último disco «Passport to freedom».

Son un grupo muy maduro para la trayectoria que hasta la fecha han recorrido y lo que está claro, es que si tocan así ahora, no quiero ni pensar como tocarán dentro de unos años. Hoy en día hay un nivelazo en este tema realmente impresionante.

Como es habitual me llevé la cámara por si acaso y al final no me pude aguantar y empezó la fiesta. Con una luz miserable por los medios que allí se contaban, tuve que tirar de los 3200 ISO de mi eos 50D e incluso iba apuraillo, pero salí airoso de la situación. En el último bis les pedí permiso para subirme al escenario (hay que echarle un poco de cara 😉 ) y saqué algunas tomas con una perspectiva más cercana. Había momentos que cuando iba a disparar se me movía el pie del ritmo que ellos imponían y mi cabeza tenia que sincronizar los movimientos para que las fotos no salieran movidas…disfruté como un enano.

Os dejo unas fotografías de estos chicos que a mi parecer tienen un futuro arrollador.

Share