Judas y los quintos

La celebración del Judas y los quintos es una tradición que se celebra en muy pocos pueblos y normalmente se lleva a cabo el domingo de Resurrección. En esta celebración se lincha o quema un muñeco que representa a Judas IscarioteAlbalate de las Nogueras en Cuenca, es uno de estos pueblos donde se celebra, colgando a Judas en lo alto de un palo a casi veinte metros de altura, para después dejarlo caer y posteriormente quemarlo.

Los quintos son los encargados de llevar a cabo este acto con la ayuda de los demás jóvenes del pueblo. Ellos eran los chavales que tenían que hacer la mili y en Semana Santa, antes de incorporarse a su destino, organizaban en su pueblo una fiesta de despedida. Una vez desaparecida esta obligatoriedad, hoy en día se hace al cumplir los 18 años y participan tanto chicos como chicas.

Los quintos fabrican un Judas con un mono de trabajo relleno de paja y un botijo como cabeza. En la madrugada del sábado al domingo se realiza todo el trabajo en la plaza del pueblo. En uno de los extremos de un tronco dispuesto de forma vertical se coloca al Judas. Después colocan tres pares de palos en forma de X para ir subiendo y asegurando el tronco a la vez que se tiran de gruesas cuerdas. Es una tarea muy dura, además de peligrosa por la envergadura de los troncos utilizados, llevando unas cuatro o cinco horas de trabajo

Antes de que se celebre la misa del domingo de Resurrección se suelta una de las cuerdas que sujetan el tronco, de tal modo que el Judas cae desde lo alto a lo más cerca posible de la puerta de la Iglesia. Una vez en el suelo, los niños le extraen los caramelos que lleva en su interior, lo pasean por el pueblo y finalmente le prenden fuego. Tradiciones que están desapareciendo debido a que cada vez hay menos jóvenes que se quedan a vivir en pueblos pequeños.

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