Gran luchada

Dentro de los actos que con motivo de las fiestas de San Ginés se organizan en Arrecife (Lanzarote), el pasado 21 de agosto pude asistir a una gran luchada que enfrentó a dos selecciones de Lanzarote. Nunca había visto una competición de lucha canaria y fue todo un deleite para los ojos, sobre todo por la magnífica luz que allí reinaba. Ahí va este pequeño reportaje. Si alguien tiene más interés, aquí viene la noticia desarrollada.

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Lanzarote

Ya de vuelta de esta escapada vacacional y buscando más el descanso que la fotografía, no puede uno cuando menos, traerse un modesta cosecha que ha de desmenuzar a ver lo que se puede aprovechar. Trataré en los próximos días de dedicarle un tiempo para poder darle de comer a mi portfolio, que lo tengo un poco abandonado y así añadirle una pequeña serie sobre Lanzarote.

Sobre Lanzarote, no sabría que decir…si, por supuesto que me ha gustado a pesar de ser un destino eminentemente turístico (que no son mis favoritos), pero no era un destino que estuviera presente en mi cabeza y además surgió a última hora. No hay que irse tan lejos para apretar el obturador, pero pienso que Lanzarote podría dar muchísimo juego, bien planificado y aprovechado, aunque no ha sido mi caso. De cualquier forma, he cumplido con mis objetivos que eran descansar, estar con la familia y de paso hace algunas fotos.

La fotografía de abajo corresponde un grupo de jóvenes (en este caso un joven) que se lanzaban al mar desde el puerto de Arrecife.

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Irlanda x Lanzarote

Aunque estaba previsto viajar a Irlanda estas vacaciones de verano, al final ha habido cambio de planes y hemos sacado a última hora, unos billetes de avión con destino a Lanzarote. Es un destino igualmente atractivo, pero distinto en muchos aspectos. Es mi primer viaje a las Islas y en lo que respecta a la fotografía espero sacarle el máximo partido, ya que tiene elementos de sobra como para hacerlo un destino muy atractivo. En fin….veremos lo que da de sí o mejor dicho, lo que doy de si. Ya os contaré…

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Irlanda

Si imprevistos de última hora no lo impiden, las próximas vacaciones de verano iremos a Irlanda. Irlanda es un país muy sugerente desde el punto fotográfico y por supuesto en lo referente a lo cultural, histórico, paisajístico, faunístico y un largo etc.

En el año 95 pasé allí de dos a tres semanas (no recuerdo con precisión) y con un coche alquilado recorrí el país casi por completo (exceptuando Irlanda del Norte). Me pareció un país fantástico y sus gentes de lo más agradables y cercanas. Su naturaleza es desbordante, sobre todo desde el punto de vista ornitológico. La imagen que acompaña esta entrada corresponde a un Frailecillo común (Fratercula artica) que tomé en las islas Skelling, y que todavía adorna las paredes de mi casa.

No me resisto a volver y tratar de captar parte de su esencia con mi nueva cámara. También pretendo visitar Belfast y alrededores, ya que me quedé con las ganas. En mi anterior viaje que fue en la primera quincena de julio, coincidió con la famosa y provocadora Marcha de Orange calentado de tal manera el ambiente en Belfast, que convoyes militares interceptaban a los turistas que pretendíamos entrar a la ciudad y nos pedían “amablemente” que nos fuéramos de allí, ya que los disturbios que se originaban allí todos los años, eran muy serios.

En esta ocasión imagino que entraré sin problemas y me quitaré esta deuda pendiente.

Frailecillo común (Fratercula artica). Nikon F801S, Sigma 400 mm APO (Velvia). Islas Skelling 1995

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«La Ciudad Roja» en 25 imágenes

«La Ciudad Roja» en unas cuantas imágenes.

Ciclomotores y bicicletas desbocadas circulan por doquier, el canto del almuédano flota en el aire y en la plaza Djemaa el Fna, ya se puede ver el humo blanco y oír el bullicio de la gente que anticipa la caída de la tarde. Es difícil no caer rendidos ante tanto sabor y tanta magia.

Tres días condensados en 25 imágenes…espero que os guste.

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Fotografiar en Marrakech

Cada vez me gusta menos viajar a destinos muy turísticos y me atrae más perderme por lugares poco frecuentados, pues todos los sitios tienen su encanto si se saben valorar de manera adecuada. En los sitios donde acuden miles de turistas, en realidad todo es más artificial, más falso y menos cercano.

En esta entrada sobre mi regreso de Marrakech, escribía «…En cuanto a la fotos no estoy muy satisfecho, pues «La Ciudad Roja» soporta mucha carga turística y eso hace que sea difícil capturar momentos naturales y espontáneos sin causar molestias o caer en la tentación de las fotos “pactadas”. Intentaré escribir algo al respecto más adelante.»

Dando continuidad a mis intenciones, haré una breve reflexión a cerca de mi experiencia haciendo fotos en Marrakech. Vamos allá….

Hace diez años realicé un viaje por Marruecos en coche, llegando hasta Essaouira (cerca de Marrakech). Fue un viaje de muchos kilómetros que me permitió visitar varias ciudades y reflejar con mi Nikon F801s y unos cuantos carretes de Velvia, una pequeña parte de esta sociedad. No encontré ningún problema a la hora de hacer fotos a las personas, más allá de mi propia reticencia a poder molestar, sin embargo en esta ocasión he percibido en Marrakech una actitud mucho más hostil.

Las cosas parecen haber cambiado mucho, ya que por aquella época no existían la cámaras digitales que hoy porta todo turista y que vemos por todos lados. Esta avalancha de «clicks» hace que en muchos casos se superen los limites de la prudencia, sin mostrar ningún respeto por lo fotografiado. Una cosa es fotografiar en el gran circo que es la plaza de Djemaa el Fna, donde te piden que les hagas fotos a cambio de unos dirhams (convirtiendo la foto en una clara transacción de intereses) y otra cosa es pasear por los zocos y los sitios donde ellos trabajan y viven, apretando el obturador de manera indiscriminada, olvidando que son personas y no instantáneas para coleccionar.

Es por ello, que cuando paseas por sus calles te sientes vigilado, están en guardia y enseguida lo notas. En este viaje he podido ver como un turista filmaba en vídeo a un vecino que descansaba en su carro y este al darse cuenta, le hizo el conocido gesto con el dedo corazón de «que te den por culo». Aún así, este despiadado turista seguía filmándole como si no fuera con él el tema. Es más creo que se jactaba de tal hecho, aprovechándose de la precaria situación económica de su víctima. No creo que hechos como este sean habituales, pero tampoco excepcionales.

Cuando la fotografía es un acto espontáneo, respetuoso y conciliador en la que se produce cierta comunión entre el fotógrafo y el fotografiado, este acto se convierte en natural, distendido y relajante y uno se da cuenta enseguida de que es bienvenido. Por el contrario cuando se convierte en un acto irreflexivo, intrusivo e irreverente donde el fotógrafo quiere conseguir su objetivo a toda costa, se convierte en un acto hostil y es rechazado por parte del fotografiado, como no podía ser de otra manera.

En este contexto he percibido un claro rechazo por parte de los marrakechíes a ser fotografiados, imagino que en gran parte debido a la presión a la que son sometidos. En la mayoría de los casos son fotografiados sin que antes se les haya pedido permiso y se les roba esa intimidad que a todos nos gusta conservar. Quizá se sume a este argumento, otros de carácter religioso, (aunque creo que esto último no sucede en otros países musulmanes). En cualquier caso no les queda más remedio que optar por un conducta autodefensiva, tapándose la cara o lanzando reproches al aire.

Siempre he pensado que es mejor pedir permiso a la hora de hacer una fotografía a una persona o en su defecto intentar hacerla con discreción y sin molestar, sin invadir el entorno más próximo del fotografiado (usando un tele por ejemplo) y en definitiva de hacerlo con respeto, ya que nosotros estamos de visita y ellos viven allí. Un buen ejercicio para valorar esta reflexión sería invertir los términos y pensar por un momento que fuéramos nosotros en nuestra vida cotidiana los fotografiados a diario por turistas ávidos de imágenes. Probablemente acabaríamos hartos.

En cualquier caso, mi experiencia no es extrapolable a todos los que visitan o han visitado esta ciudad y además en esta ocasión he estado poquísimo tiempo para hablar con propiedad, pero no creo que vaya muy desencaminado. Lo que si está claro, es que fotografiar en Marrakech no es fácil y quizá la conducta poco responsable de muchos turistas armados con su cámara tenga parte de responsabilidad.

Esta foto está hecha en un mercado de alimentos y es una de las pocas que he podido hacer en la que este amable tendero accede con agrado a mi proposición de fotografiarlo. Siempre hay excepciones.

Para la próxima entrada, subiré el resto de fotografías de esta escapada en forma de reportaje.

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De vuelta de Marrakech

De vuelta de «esa» escapada fotográfica tan esperada a Marrakech y una vez en casa, se abren espacios ahora a la reflexión (lo que me ha aportado el viaje en todos los sentidos), a la valoración (a cómo ha ido las cosas y a la cosecha fotográfica obtenida) y finalmente al procesado para compartirlo en forma de reportaje o simplemente como fotos sueltas. Ya veremos lo que da sí.

El viaje ha estado genial y todo ha salido estupendo. Sin lugar a dudas ha sido un Marrakech sin cortapisas. Todo el santo día pateando por «esas» calles, hospedaje de viajero, temeridades gastronómicas y hammam incluido. Había que probarlo todo, pero lo mejor ha sido la compañía. Tanto Carlos como Ximo han sido los mejores compañeros que uno puede tener en este tipo de viajes, que han convertido esta escapada en un disfrute, lleno de buen rollo y satisfacción. Hemos acabado extenuados, pero proponiendo una escapada de estas por lo menos una vez al año.

En cuanto a la fotos no estoy muy satisfecho, pues «La Ciudad Roja» soporta mucha carga turística y eso hace que sea difícil capturar momentos naturales y espontáneos sin causar molestias o caer en la tentación de las fotos «pactadas». Intentaré escribir algo al respecto más adelante.

De las fotografías que he podido hacer pocas se salvan, pero siempre se aprende algo y además y lo más importante…lo hemos pasado realmente bien. Poco a poco iré haciendo un selección que intentaré mostraros sin que sea muy aburrido. 😉

Carlos & Ximo

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