Todo el mundo tiene una cámara

rafaEn estos tiempos que corren y de la mano de la revolución digital, casi todo el mundo tiene una cámara fotográfica. Dos son sus principales atractivos; lo asequibles que son y que no se necesita de terceros para visualizar las imágenes tomadas. Es resultado es inmediato. Imagino que también, el hecho de que la gran mayoría de teléfonos móviles incorporen la posibilidad de hacer fotos, ha sido un trampolín para adquirir cámaras con más posibilidades. La fotografía es ahora más popular que nunca.
En la era predigital no eran tantos los osados en adentrarse en el mundo de la fotografía, pues probablemente exigía más práctica, no había tanta información y era bastante más caro. Sobre todo el aprendizaje, donde había que hacer bastantes pruebas para dominar el manejo de la cámara. Antes no se apretaba el obturador alegremente como se hace ahora, pues cada foto costaba lo suyo y encerrarse en el cuarto oscuro, era la única opción si no se quería pasar por los laboratorios. Además no todo el mundo estaba dispuesto a dedicarle tiempo a esos menesteres, ni tenía los medios para disponer de un laboratorio propio.
En resumen…la fotografía es ahora más accesible y más popular, además está sobredimensionada desde el punto de vista mediático, ya que sitios como flickr e iniciativas similares, han supuesto una auténtica revolución de la imagen en Internet. Estamos pues, ante una gran avalancha de imágenes tanto excelente calidad como de escaso interés, pero corremos el riesgo de saturarnos.
¿Eso es bueno para la fotografía?, ¿La potencia?, ¿La diversifica?, ¿La desprestigia?, ¿Hacía donde se dirige?
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