Miguel Candela

Hace meses descubrí a un joven fotógrafo en la red con el que posteriormente he estado en contacto por diversos temas relacionados con la fotografía.

Lo primero que me llamó la atención de Miguel Candela, fue la calidad de su trabajo, después su lugar de residencia y origen –Alicante y Hong Kong – y finalmente su juventud.

Tal y como se puede leer en su Web, “Miguel Candela (Alicante, España 1985) descubrió la fotografía en su época del instituto en Connecticut, USA donde tomó por primera vez contacto con la fotografía tradicional. En su último año de carrera y a pesar de su juventud, Miguel Candela consiguió el primer y tercer puesto en el concurso de fotografía «Boston Press Photography Association» (BPPA), e incluso llegó a ser finalista de los concursos «Photographer´s Forum magazine», «Sony World Photography Awards» y «National Geographic 2008». En 2009 tuvo lugar su primera exposición en el extranjero (Hong Kong) con motivo del día del niño en Hong Kong. Con esta exposición, Miguel Candela participó, promovió y recaudo donaciones destinados a los programas de Médicos sin fronteras (MSF) en África. Posteriormente también ha expuesto en Beijing «Un amargo cuento de hadas».

Hace poco publicaba en la revista Piel de Foto un interesante reportaje titulado “Una polémica por derribar”, relativo al desalojo de cerca de 7.000 personas del primer edificio comunitario que se construyó en Hong Kong hace cuarenta años. También he podido ver algunos de sus trabajos sobre los Masai en Kenya o de gente que vive en cementerios en Filipinas. Se trata de excelentes reportajes que todavía no figuran en su web ya que está pendiente de ser actualizada.

Coincidiendo con las fechas navideñas ha estado pasando unos días en familia en España y hemos aprovechado para conocernos personalmente y cambiar impresiones, antes de su marcha durante un mes a India y Bangladesh, donde pretende realizar una serie de reportajes.

Un grato encuentro, que me ha permitido comprobar el grado de determinación e ilusión de Miguel, por llegar a consolidarse en el duro mundo de la fotografía profesional, pero con sensatez y modestia. Estoy convencido que llegará lejos, pues pese a su juventud demuestra una gran madurez y una gran proyección como fotógrafo.

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En fotografía como en muchas otras cosas, la pasión es fundamental.

El otro día leyendo una entrada en Miradas Cómplices de Marcelo Caballero acerca del «Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín» al que asistió, me llamó la atención una frase que él destacó de su director Gervasio Sánchez. Esta frase hacía referencia a la situación actual de la fotografía poniendo de relieve “…la necesidad de realizar buenas historias, coherentes y que tengan significados porque para hacer sólo fotografías, hoy en día, no es difícil.”. Me hizo también a mi reflexionar sobre otro tema con la que converge esta afirmación y que es la necesidad de que se ponga pasión en lo que se hace.

Una buena técnica aplicada a fotografías vacías de contenido y carentes de mensaje de poco sirven. Lógicamente no hay que olvidar otros aspectos, ya que no todo es tan sencillo como parece.

Por lo general se suele justificar un motivo con una causa, porque así nos es más fácil de asimilar y nos ayuda a explicar las cosas de una manera más sencilla. Sin embargo esto puede llevarnos a conclusiones erróneas o incompletas. En realidad casi siempre son varios motivos los que conducen a una única causa. No sólo es cuestión de comunicar y de poner pasión en lo que se hace, pues existen otros factores a considerar y todos unidos son los que a mi entender forjan a un buen fotógrafo.

Pondré un ejemplo de esa simplificación a la hora de explicar las cosas y que ocurre precisamente con la dicotomía fotografía profesional/aficionado, ya que se tiende mucho a usar estos adjetivos en fotografía. (Es curioso, esto no ocurre por ejemplo con la cocina, pues habitualmente no se lee o escucha «cocinero profesional» y «cocinero aficionado», sino simplemente cocinero).

Es típico escuchar en determinados contextos cuando alguien hace bien un trabajo, que se le diga «…eres un profesional», como adjetivando la calidad del trabajo efectuado, cuando no debiera ser así. Bajo mi punto de vista un profesional es aquel que cobra por su trabajo o vive de él, pues hay pésimos profesionales y excelentes autodidactas y viceversa. Hace poco echando un vistazo al National Geographic leía que Jane Goodall, famosa etóloga reconocida por la comunidad científica internacional y reciente premio Príncipe de Asturias, no pasó por la universidad. Claro está, esto son excepciones, pero nos puede servir de ejemplo. Su punto fuerte era la pasión y la dedicación con la que se entregaba a su trabajo. Es obvio que la formación, leer mucho y tener interés por lo que nos rodea son algunos de los pilares donde sustentarse a la hora de alcanzar determinadas cotas de excelencia, pero al final es la suma de todo lo que contribuye a un buen resultado.

En este sentido también me ha llamado la atención unas palabras por parte de Pep Guardiola en un anuncio publicitario que dice…»Creo más en el mundo amateur que en la profesionalidad, que es una palabra que odio. Creo en el amateur, en el que hace lo que hace porque le gusta, porque tiene pasión….«. En mi opinión, no se trata de plantearlo bajo la disyuntiva profesional/amateur porque evidentemente existen infinidad de profesionales apasionados de su trabajo, aunque quizá estos últimos les pese más la responsabilidad de que viven de ello. De estas palabras quizás lo más interesante es coger el nexo de unión que han de tener los dos status y que es hacer las cosas con pasión.

Al final lo que distingue a un buen fotógrafo del montón, no es una determinada fotografía, ni siquiera un buen reportaje, sino la experiencia adquirida, lo es capaz de transmitir y comunicar, y todo esto aderezado con grandes dosis de pasión y perseverancia, se sea profesional o amateur o mejor dicho, se viva de la fotografía o no.

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Fotoblogs que me inspiran III

72261En este mes de julio le toca el turno a Carlos Cazurro. Poco puedo decir sobre él que no se sepa, pues es un fotógrafo muy conocido, con una gran proyección y un reconocimiento merecido. 2008 ha sido su gran año, ganando el primer premio en la categoría «Paisajes» y el segundo en la categoría «Gentes» del International Photography Contest 2008 que en España organiza el National Geographic, lo que todavía le ha dado más prestigio a su trabajo.

Carlos es un rebelde de la fotografía que hace su propio camino sin dejarse intimidar por los cánones establecidos de la fotografía convencional. Es impulsivo pero con técnica, sabe lo que quiere y lo utiliza para comunicar de forma magistral. Podríamos definirlo como una especie de fotógrafo antropológico sin fronteras, especialmente activo (no para).

Colabora con ACNUR todos los años, con la organización de lo que él denomina «Maratón de fotodonaciones«. Es una iniciativa propia, no exenta de altruismo y que pone de relieve su compromiso social y su calidad humana.

Con un gran fotoblog (¡hecho a mano!) y una gran trayectoria en premios y exposiciones, podemos ver nada más entrar a su morada, que estamos ante alguien que disfruta tanto con esto de la fotografía, que casi roza la obsesión. Es un fotógrafo muy atento a lo que le rodea y raro es que dejé escapar una buena toma.

Carlos es un amigo que surge de la red y aún a pesar de la distancia que nos separa, hemos compartido alguna que otra sesión de fotos y unas cuantas tapas. He de decir que Carlos es reflejo de su fotografía y que sin lugar a dudas es una placer compartir con él, salidas fotográficas, tapeos, debates, discusiones o lo que se ponga por delante, todo ello salpimentado con un especial sentido del humor que le caracteriza.

Si queréis disfrutar un rato entrar en su fotoblog.

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