Salidún (Morocco Birding Tours)

Ayer se lanzaba Salidún (Morocco Birding Tours), una web sobre un proyecto que acaban de crear unos buenos amigos y que versa sobre ornitología, viajes y también fotografía. Tal y como figura en su presentación tiene como objetivo ofrecer viajes ornitológicos a Marruecos de mano de especialistas experimentados. Tony Peral y José Antonio Barba (de los que ya hablé en una entrada anterior), son sus creadores y sus fotografías sobre ornitofauna marroquí son excelentes. He tenido la oportunidad de colaborar con ellos realizando y poniendo en marcha la web y sus redes sociales. Os invito a echarle un vistazo, por si fuera de vuestro interés.

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Sabiduría y salud para este 2012

Se acaba un año que ha sido duro en el plano personal (he perdido un ser querido y me he quedado sin trabajo), pero en este blog se habla de fotografía, no de su autor.

En lo que se refiere a la fotografía ha sido un buen año, intenso y productivo, donde he podido realizar un curso, una publicación (Foto DNG), dos exposiciones (Creativa 2011 y El País Bassari), tres viajes (Glasgow y Edimburgo, Eslovenia, y Marruecos) y una charla sobre fotografía de viajes. Por otro lado ha sido un año de mucha información absorbida de la red y un año en que he conocido a nuevos amigos relacionados con la fotografía.

Este año 2012 se presenta prometedor en cuantos a viajes se refiere y por lo tanto a proyectos fotográficos. Ya veremos lo que nos depara. Lo más importante es que seamos capaces de seguír disfrutando de la fotografía con las misma intensidad e ilusión del primer día y que sea un contrapeso más ante la adversidad que muchas veces la vida nos pone delante. Feliz 2012, salud para todos…y buenas fotos. 🙂

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Asio Capensis, Insha’Allah…

«Insha’Allah (إن شاء الله)… y Alá quiso mostrarnos a la escasa y bella Lechuza mora (Asio Capensis) en la costa atlántica marroquí.»

Os muestro una pequeña crónica gráfica de una reciente escapada que acabo de hacer a las inmediaciones del estuario del río Loukos y la laguna de Merja Zerga (Marruecos). Un viaje en clave ornitológica, pero rica en emociones que sus gentes han provocado en mi.

Hace años le dedicaba mucho tiempo a un birdwatching que hoy tengo más relegado, pero que sin duda es una de mi aficiones favoritas. Hace unos días unos amigos me comentaron la posibilidad de hacer una escapada a una zona que ya estuve en enero de 2000, pero que me pareció estimulante pues los compañeros de viajes son excelentes naturalistas (Tony Peral, José Antonio Barba, Gabi Llorens y Jacinto Martínez) y porque intentar observar a una especie como la Lechuza mora (Asio Capensis) que solo posee un población en todo el paleártico occidental de aproximadamente 27 parejas, es todo un estímulo. Yo nunca la había visto y junto con las 111 especies distintas que hemos podido observar en solo 4 días dedicado a las aves ha sido toda una gozada.

Un viaje muy intenso de apenas 5 días y cargado de sensaciones, ya que sus gentes muestran su cara más humana sobre todo en el ámbito rural. No tiene nada y lo dan todo. De esta manera estas gentes con escasos recursos te ofrecen su casa para compartir lo poco que tienen. Eso fue lo que nos pasó con Hammou Rabia, que nos encontramos por allí y nos ayudó a localizar a la más mora de la lechuzas y con el que compartimos emotivos momentos en su casa agasajados en todo momentos por té, pescado frito, tajine de pescado, un pan hecho a mano y su enriquecedora compañía.

La amabilidad de Hassan Dalil en la laguna, también fue grata y como ya lo conocí en mi anterior visita a esta zona, me alegró mucho saber que seguía feliz con sus pájaros.

Encontrarse un solitario pastor en medio de un enorme juncal y saludarlo, jugar con los niños, pasear por el puerto de Larache, comerse unas sardinas, o disfrutar de la amabilidad y de la excelente cocina de la mujer e hija de Kazem son todo motivos pare sentirse pleno de satisfacción.

Si todo esto lo aderezamos con ver el Madrid-Barça en un establecimiento público en Moulay BouSelham y que encima el Barça gane…que más se puede pedir 😉

Ha sido mi tercera visita este país, pero es muy posible que antes a semana santa esté de nuevo por allí. Ya os contaré…

          

 

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Fotografiar en Marrakech

Cada vez me gusta menos viajar a destinos muy turísticos y me atrae más perderme por lugares poco frecuentados, pues todos los sitios tienen su encanto si se saben valorar de manera adecuada. En los sitios donde acuden miles de turistas, en realidad todo es más artificial, más falso y menos cercano.

En esta entrada sobre mi regreso de Marrakech, escribía «…En cuanto a la fotos no estoy muy satisfecho, pues «La Ciudad Roja» soporta mucha carga turística y eso hace que sea difícil capturar momentos naturales y espontáneos sin causar molestias o caer en la tentación de las fotos “pactadas”. Intentaré escribir algo al respecto más adelante.»

Dando continuidad a mis intenciones, haré una breve reflexión a cerca de mi experiencia haciendo fotos en Marrakech. Vamos allá….

Hace diez años realicé un viaje por Marruecos en coche, llegando hasta Essaouira (cerca de Marrakech). Fue un viaje de muchos kilómetros que me permitió visitar varias ciudades y reflejar con mi Nikon F801s y unos cuantos carretes de Velvia, una pequeña parte de esta sociedad. No encontré ningún problema a la hora de hacer fotos a las personas, más allá de mi propia reticencia a poder molestar, sin embargo en esta ocasión he percibido en Marrakech una actitud mucho más hostil.

Las cosas parecen haber cambiado mucho, ya que por aquella época no existían la cámaras digitales que hoy porta todo turista y que vemos por todos lados. Esta avalancha de «clicks» hace que en muchos casos se superen los limites de la prudencia, sin mostrar ningún respeto por lo fotografiado. Una cosa es fotografiar en el gran circo que es la plaza de Djemaa el Fna, donde te piden que les hagas fotos a cambio de unos dirhams (convirtiendo la foto en una clara transacción de intereses) y otra cosa es pasear por los zocos y los sitios donde ellos trabajan y viven, apretando el obturador de manera indiscriminada, olvidando que son personas y no instantáneas para coleccionar.

Es por ello, que cuando paseas por sus calles te sientes vigilado, están en guardia y enseguida lo notas. En este viaje he podido ver como un turista filmaba en vídeo a un vecino que descansaba en su carro y este al darse cuenta, le hizo el conocido gesto con el dedo corazón de «que te den por culo». Aún así, este despiadado turista seguía filmándole como si no fuera con él el tema. Es más creo que se jactaba de tal hecho, aprovechándose de la precaria situación económica de su víctima. No creo que hechos como este sean habituales, pero tampoco excepcionales.

Cuando la fotografía es un acto espontáneo, respetuoso y conciliador en la que se produce cierta comunión entre el fotógrafo y el fotografiado, este acto se convierte en natural, distendido y relajante y uno se da cuenta enseguida de que es bienvenido. Por el contrario cuando se convierte en un acto irreflexivo, intrusivo e irreverente donde el fotógrafo quiere conseguir su objetivo a toda costa, se convierte en un acto hostil y es rechazado por parte del fotografiado, como no podía ser de otra manera.

En este contexto he percibido un claro rechazo por parte de los marrakechíes a ser fotografiados, imagino que en gran parte debido a la presión a la que son sometidos. En la mayoría de los casos son fotografiados sin que antes se les haya pedido permiso y se les roba esa intimidad que a todos nos gusta conservar. Quizá se sume a este argumento, otros de carácter religioso, (aunque creo que esto último no sucede en otros países musulmanes). En cualquier caso no les queda más remedio que optar por un conducta autodefensiva, tapándose la cara o lanzando reproches al aire.

Siempre he pensado que es mejor pedir permiso a la hora de hacer una fotografía a una persona o en su defecto intentar hacerla con discreción y sin molestar, sin invadir el entorno más próximo del fotografiado (usando un tele por ejemplo) y en definitiva de hacerlo con respeto, ya que nosotros estamos de visita y ellos viven allí. Un buen ejercicio para valorar esta reflexión sería invertir los términos y pensar por un momento que fuéramos nosotros en nuestra vida cotidiana los fotografiados a diario por turistas ávidos de imágenes. Probablemente acabaríamos hartos.

En cualquier caso, mi experiencia no es extrapolable a todos los que visitan o han visitado esta ciudad y además en esta ocasión he estado poquísimo tiempo para hablar con propiedad, pero no creo que vaya muy desencaminado. Lo que si está claro, es que fotografiar en Marrakech no es fácil y quizá la conducta poco responsable de muchos turistas armados con su cámara tenga parte de responsabilidad.

Esta foto está hecha en un mercado de alimentos y es una de las pocas que he podido hacer en la que este amable tendero accede con agrado a mi proposición de fotografiarlo. Siempre hay excepciones.

Para la próxima entrada, subiré el resto de fotografías de esta escapada en forma de reportaje.

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Viaje a la vista: Marrakech

He de reconocer que el viaje que pude realizar hace unos meses a Estambul, fue una grata experiencia fotográfica y que me ayudó a reavivar mi interés por la cultura musulmana. Aunque ya conozco una parte de Marruecos, estando en Essaouira (a unos 170 km. de Marrakech) me quedé con las ganas de visitar esta mítica ciudad por falta de tiempo y a partir de ese momento supe que tenía una deuda pendiente.

Conocedor de que Ryanair tiene un puente aéreo Alicante-Marrakech y además a un precio muy competitivo, estos últimas semanas he estado contemplando la posibilidad de hacer una escapada en plan fotográfico. El otro día le tiré los trastos a Carlos para ir a este sugerente destino y en una escala que hizo el otro día en casa lo terminamos de hablar. Así que como estás cosas no hay que dejarlas pasar…nos pusimos manos a la obra y ya tenemos hechas las reservas de avión. Como el viaje esta previsto para finales de abril, mientras tanto iremos documentándonos y viendo lo que puede dar de sí. Todo apunta a que nuestras cámaras van a tener poco descanso y que será un viaje muy productivo. Ya veremos…

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